COMO LEVANTAR AL HERMANO QUE HA CAÍDO.
Martes, 17 de junio de 2025.
Hermanos, aun si alguno
es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en
un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas
tentado. Gálatas 6.1
(LBLA)
Reflexión:
La
restauración de los que han caído por el camino es una de las responsabilidades
importantes de los que son parte del cuerpo de Cristo. El pecado es parte de la
realidad de la vida cristiana y constantemente produce estragos en la familia
de Dios. De manera que hacemos bien en prestar particular atención a las
instrucciones que da la Palabra sobre el tema, para que nuestra tarea de
restaurar sea correcta.
En
primer lugar, debemos entender que hay dos tipos de pecado. Uno es el resultado
de una actitud de obstinación y rebeldía que actúa sabiendo que está haciendo
lo malo. Rehúsa escuchar consejo y persiste en lo incorrecto. Una segunda
categoría, sin embargo, la que el apóstol Pablo tiene en mente en este pasaje,
es aquel pecado que se produce en forma sorpresiva, sin premeditación. La
palabra que usa indica una persona que repentinamente es sobrepasada por un
pecado. Ninguna de las dos formas de pecado es excusables, pero hay una
diferencia importante en la actitud que debe ser tomada en cuenta a la hora de
la restauración. En nuestra perspectiva limitada, tendemos a considerar todo
pecado como el resultado de un acto de obstinada rebeldía.
En
segundo lugar, como hijos de Dios estamos llamados a restaurar. La palabra
“restaurar” significa devolverle algo a su estado original, su funcionalidad,
repararlo. Sabemos que muchas veces la llamada “restauración” de una persona en
la iglesia ha sido exactamente lo opuesto de esto. En lugar de llevarla otra
vez a un estado saludable, la persona ha sido hundida en un pozo de
condenación, del cual algunos difícilmente se han recuperado. Dios, sin
embargo, llama a sus siervos a trabajar en la reparación de vidas. Aun en el
caso extremo de entregar a alguien a Satanás, Pablo menciona que su objetivo
fue que esta persona salvara el alma en el día del juicio.
“…entreguen
a este hombre a Satanás para destrucción de su naturaleza pecaminosa a fin de
que su espíritu sea salvo en el día del Señor. 1 Corintios 5.5
En
tercer lugar, la restauración debe llevarse a cabo en un espíritu de
mansedumbre. Quiere decir que toda forma de agresión, violencia e ira deben
estar ausentes en la persona que realiza la restauración. Esto es precisamente
porque estas actitudes son las que más entorpecen el proceso de reparación. Por
el mismo engaño del pecado, el que debe ser restaurado va a ofrecer cierta
resistencia. Si queremos evitar, sin embargo, que esa resistencia se convierta
en rebeldía, nuestra actitud debe ser de ternura y mansedumbre. Esto se puede
lograr sin dejar de lado la firmeza necesaria para la confrontación.
Lo
que más nos va ayudar en todo este proceso es mirar nuestras propias vidas.
Nada nos hace tan implacables y duros como la soberbia que viene de creer que
nosotros nunca hubiéramos caído como cayó nuestro hermano. Recordar que
nosotros estamos sujetos a las mismas debilidades, nos ayudará a proceder con
mucha misericordia y dará lugar a que la Gracia de Dios actúe profundamente en
la vida del caído.
Oración:
Padre
Dios, recibe hoy nuestra alabanza y adoración, gracias te damos por esta palabra
que ha calado hondo en nuestro corazón y permítenos ponerla por obra. Guárdanos
señor de ese espíritu condenador hacia nuestro hermano y permítenos ser instrumentos
de tu paz, que en amor podamos restaurar al que ha caído y guárdanos tu de caer
en la tentación. amen
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