¡NO RUEGO QUE LOS QUITES DEL MUNDO!

Miércoles, 16 de julio de 2025.

 

Texto bíblico:

Yo les he dado tu palabra; y el mundo los odió, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Juan 17.14–16

 

Reflexión:

Las palabras del Señor parecen ser, a primera vista, un poco contradictorias. Por un lado, afirma que el mundo ha rechazado a sus discípulos, precisamente porque pertenecen a otro reino enteramente diferente. Las diferencias en los estilos de vida, en los valores y en los compromisos, se conjugan para poner en evidencia las faltas de los que están identificados con este siglo. El resultado es, para los que están en Cristo, conflicto y persecución.

 

En la siguiente frase, sin embargo, Jesús le pide al Padre exactamente lo opuesto de lo que hubiéramos pedido nosotros: que no los quite del mundo. Digo que es lo opuesto de lo que, instintivamente, haríamos nosotros, porque creemos siempre que lo mejor que le puede ocurrir al otro, si está dentro de nuestras posibilidades hacerlo, es que le evitemos pasar un momento de dificultad.

 

Cristo aclara en su oración que los discípulos no son del mundo. Por esta razón no pretende en ningún momento que se sientan cómodos en este entorno. A pesar de esto, muchos hijos del Señor están dedicados a buscar la manera de pasarlo lo mejor posible en la tierra, mientras caminan hacia la eternidad.

 

Debemos meditar en esta petición que le hizo al Padre: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”. ¿Cuál es la razón de esta oración? Es que hemos sido llamados a cumplir una misión, no en otro lado, sino en la tierra donde vivimos. Dios nos ha bendecido para que seamos de bendición a todos los que Él pone en nuestro camino. “Como me envió el Padre, así también yo os envío” Juan 20.21

 

Esta es una parte esencial del llamado de todo discípulo de Cristo. No es posible cumplir este llamado si no estamos en el mundo, ¡precisamente rodeado de aquellas personas que nos rechazan!

 

Debe causarnos un poco de tristeza, entonces, notar que la iglesia en muchas ocasiones se ha aislado del mundo, tomando refugio en una multitud de programas que tienen como objetivo bendecir a aquellos que ya han sido bendecidos, actividades enfocadas hacia los creyentes. Nosotros, sin darnos cuenta, imponemos este mismo estilo a los que se convierten, pues todavía no se han insertado dentro del cuerpo comenzamos a cortar todos los vínculos que tienen con la gente del mundo. Decimos que es para protegerlos de la influencia de los que andan en pecado. Lo que en realidad estamos logrando es frustrar la oración de Cristo, que específicamente le pidió al Padre que no sacara a nadie del mundo.

 

Más bien, debemos buscar la forma para que, estando activamente involucrados en el mundo, Dios les guarde del mal. Esto es lo que pidió Cristo, y no podemos hacer menos que Él. Si salimos del mundo, le hemos dado la espalda a nuestra vocación. Y sin vocación de servicio, no podemos ser discípulos.

 

¿Tiene amigos del mundo? ¿Cuánto tiempo les dedicas? ¿Se sienten amados por ti?

 

Oración:

Te oramos señor por todas las personas que no te conocen y mucho mas aun aquellos que son nuestros cercanos y son del mundo, ayúdanos señor a ser luz para sus vidas. Hoy entiendo que tu plan no es sacarnos del mundo sino ser respuesta social para los que están a nuestro alrededor. Bendícenos señor en este día amen.

 

 

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